El efecto botijo
¡El botijo vuelve a estar de moda! Ese objeto tan típico de la cultura española, que parece obsoleto y que solo sirve para decoración, está volviendo a atraer mucha atención. Y es que su funcionamiento se puede aplicar más allá de enfriar el agua.
¿Por qué se investiga sobre ello?
El botijo se lleva utilizando desde hace siglos en todo el mundo. Aunque ha caído en desuso debido a la aparición de los sistemas eléctricos, se ha estado investigando sobre su funcionamiento y sus posibles aplicaciones. Sobre todo, se trata de averiguar cómo usar este método de enfriamiento en las zonas más desfavorecidas, donde el calor es un serio inconveniente y la electricidad no es algo común.
Más simple que el funcionamiento de un botijo
Esta expresión tan conocida hace que parezca que el botijo es algo sin mucha ciencia, sin embargo, muy pocos conocen por qué el agua se enfría en su interior. Se trata de un proceso por el cual el agua que se filtra hacia fuera, por los poros del botijo, utiliza la energía térmica del agua del interior para poder evaporarse. Este proceso se llama refrigeración por evaporación y puede hacer que el agua que hay dentro pueda estar 15° por debajo de la temperatura ambiente. Sin embargo cuanto más alta es la humedad del ambiente, menor rendimiento ofrece el botijo.
¡Casas botijo!
Y si esto funciona en un pequeño recipiente de barro cocido… ¿por qué no va a funcionar en un espacio mayor? Eso mismo se preguntaron varias universidades de Andalucía que han decidido desarrollar un proyecto conjunto, en el cual se consigue enfriar una casa con un sistema que imita el funcionamiento de un botijo. La principal diferencia es que mediante un cerramiento cerámico, la casa además de generar frío por evaporación, es capaz de acumular calor en invierno.
Botijos en África
El profesor nigeriano Mohammed Bah Abba creó, a partir del concepto del botijo tradicional, una nueva forma de conseguir frío. Se trata de un recipiente de barro de dos capas, entre las cuales se encuentra una capa de tierra. Esta capa se encuentra húmeda, con un mecanismo muy similar al del típico botijo. Con esto consiguió hacer que las hortalizas se conserven tres semanas en vez de tres días, tal y como sucede sin aparatos eléctricos.
Este inventor consiguió un premio Rolex, cuyo importe fue destinado a distribuir botijos entre la población más desfavorecida. Además, la revista Time lo calificó como el invento del año.
¿Sabías que…?
Se sospecha que los primeros botijos fueron utilizados por cavernícolas y estaban hechos con huevos de avestruz.
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